La pesca con Mosca: Orígenes y Evolución

La primera referencia a la pesca de la mosca se encuentra en un libro titulado Natural History de Ælian quien era un pillo que se dedicaba a plagiar la obra de otros autores, sin importarle si aún estaban vivos. Nacido en Italia, pero versado en el griego, sus obras se caracterizan por su desorden, hablando en un momento sobre dragones y en el otro sobre elefantes, sin embargo, en la obra citada, hizo la primera referencia sobre la pesca con mosca artificial:
“He oído hablar de una forma en que los macedonios capturan peces y es ésta: entre Borea y Thessalonica cruzan los rápidos de un río llamado Astrænos, y en él los nativos utilizan pedazos de pieles moteadas, que cuya denominación sería mejor preguntar a los macedonios. Los peces de esa región, se alimentan de una mosca peculiar de ese país, que flota sobre el agua del río. Esta mosca, no se parece a ningún insecto común como una avispa, mosquito o abeja pero posee características de cada uno de ellos, como la osadía de la avispa, el tamaño del mosquito y produce un zumbido semejante al de la abeja. Los nativos generalmente lo llaman el Hippouros.
Estas moscas buscan su alimento río arriba, y no escapan de la atención de los peces que nadan abajo. Cuando un pez observa una mosca en la superficie, nada con reserva hacia arriba, procurando no revolver el agua de la superficie a fin de no asustar a su presa; entonces, localizándola por su sombra, abre su boca suavemente y succionando suavemente, lleva a la mosca a su boca, como un lobo que se lleva una oveja de su rebaño o de un águila robando un ganso del corral; una vez que se la ha tragado, vuelve a lo profundo dejando solo una ondulación sobre la superficie.
Ahora, aunque los pescadores saben esto, no utilizan estas moscas para el cebo, ya que si las tocan con la mano, pierden su color natural, sus alas se marchitan, y se convierten en alimento impropio para los peces. Por esta razón no tienen nada hacer con ellas, odiándolas para su mal carácter; pero han ideado una trampa para los peces, y consiguen los mejores mediante su arte como pescadores.
Sujetan lana roja (del rojo carmesí) alrededor de un gancho, y fijan sobre la lana dos plumas, de la que les crecen a los gallos en forma de zarcillo, y que son de un color como la cera. Su caña tiene seis pies de largo, y su línea es la misma longitud.
Después lanzan su señuelo, y los peces, atraídos y enloquecidos por el color, van directo en él, pensando en ganar un bocado delicado a la vista del bonito señuelo; cuando, sin embargo, abre las quijadas, es cogido por el gancho y disfruta, ya cautivo de un bocado amargo”.
La pesca con Mosca: La época medieval
Hasta hace poco tiempo, poco era sabido sobre la pesca con mosca en la Europa medieval, pero se ha mostrado que la pesca con mosca fue practicada desde el principio del siglo XIII. Textos alemanes mencionan, a partir de esa fecha, la pesca de la trucha y de graylings usando un “gancho emplumado” (vederanglel).
La primera referencia se encuentra en un romancero escrito alrededor de 1210 por Wolfram Von Eschenbach cuyo héroe, Schionatulander, vadeaba descalzo en un río para pescar truchas y graylings con una mosca.
Otros textos, desde 1360, identifican a la pesca con mosca como “el método elegido por la gente del pueblo”, a lo largo de una extensa área que abarcaba desde las llanuras suizas, hasta lo que fue Siria.
Por lo menos, existe una docena de antiguos manuscritos que documentan la pesca con mosca en Gran Bretaña en los siglos XIV y XV, pero ninguno de estos textos describen explícitamente las técnicas utilizadas, sino que se limitan a referenciar que este tipo de pesca se practicaba en escala relativamente amplia y con cierto nivel de sofisticación.
Por otro lado, existen al menos tres tratados del siglo XV que mencionan la pesca con mosca; Uno es el libro conservado en la biblioteca británica (Harley 2389) que describe como pescar la “trowte” (trucha):
… in June, iuly an agust in the vpper part of the water with an artificiall flye, made vppon your hooke with sylke of dyverse coloures lyke vnto the flys which be on the waters in these monethes, and fethers be good & pecokes and popiniayes.
Una posible traducción sería:
… en junio, julio y agosto, en la parte alta del agua con una mosca artificial confeccionada, colocando sobre el anzuelo, seda teñida de diversos colores, plumas y otros materiales que asemejan a los insectos que yacen sobre el agua en esos meses…
El segundo Medicina Piscium, conservado en la biblioteca de Bodleian, (Rawlinson C 506) que describe moscas para pescar truchas y salmones:
And iff ye fische for hym in the lapyng tyme ye must dubbe your hoke with the federys of a pertriche or with the federysse of a whyld doke and ye must loke what colowre that the fley is that the trowgth lepythe aftir and ye same colowre must the federisse be and the same colowre must the sylke be of for to bynde the federysse to your hoke.
Aunque bastante trabajoso de traducir, la idea es la siguiente:
“Y si se quiere pesca en la época de …. se debe vestir el anzuelo con plumas de perdiz o gallo silvestre fijándose (o poniendo atención) que estas plumas sean de color similar a los insectos que se quiere imitar; así como el color de la seda con la que se atan (o amarran) las plumas al anzuelo sea también similar.”
El tercer tomo es “A Treatyse on Fysshynge with an Angle”:
Este libro, fue publicado como parte de la segunda edición de “The Book of St. Albans” en 1496. Existen dos versiones manuscritas, fechadas antes de 1450, desafortunadamente, la copia más completa ha perdido parte del texto impreso, en particular la lista de las moscas.
Se sabe que el editor de este tratado fue Wynkyn deWorde, un aprendiz de la casa Caxton y sus sucesores. La identidad del autor, así como las evidencias que tratan de probarlo son bastante inciertas, la costumbre señala que es Dame Juliana Berners. En próxima publicación, presentaremos un artículo sobre esta persona.
El Teatyse es el trabajo más antiguo y completo trabajo sobre la pesca con mosca. El texto incluye instrucciones de como construir la caña, línea, anzuelos; instrucciones para doce patrones y consejos detallados de como capturar las especies británicas más comunes.
El Treatyse destaca fuertemente de entre todos los trabajos del período, no solamente porque es el primer libro impreso sobre la pesca con mosca, sino también porque puso a la pesca al nivel de los campeones, en el mismo plano que la caza, pues la cacería caza era el deporte de reyes y nobles, y lo expuesto por el Treatyse debe haber causado, en ese entonces, bastante escepticismo. Sin embargo, la influencia del Treatyse fue inmensa. Era un trabajo popular, y fue reimpreso muchas veces concluído el siglo que siguió a su primera publicación.
Durante los siguientes dos siglos, no hubo otro trabajo similar sobre la pesca a mosca, ya que el que Treatyse por si mismo constituye un extraordinario archivo, independientemente de su origen y de quién en realidad lo haya escrito.
Técnicas de pesca con mosca en el Siglo XV
Ciertamente es muy poco lo que se sabemos sobre la pesca con mosca en épocas anteriores al siglo XVII. Podemos extapolar para tratar de extender nuestro conocimiento sobre el equipo que se usaba: cañas de 14 pies (3.6m) o incluso más largas, a las que en la punta se le amarraba una línea fabricada con crines trensadas de caballo, y no se utilizaba carrete. Dadas las limitaciones de los equipos, es poco probable que los pescadores del siglo XV utilizaran líneas con longitudes mayores que el doble la longitud de sus cañas.
A menudo se asume que los pescadores con mosca del siglo XV, lanzaban la mosca permitiendo que la línea (y la mosca) se moviera(n) a merced del viento, pero esto es pura especulación, aunque sea una especulación razonable. Si la mosca no era lanzada, entonces debería ser simplemente depositada sobre el agua y luego recogida ya que el “lanzamiento en falso” (false cast) no fue inventado sino hasta el siglo XIX. Tampoco tenemos detalles sobre la forma en que trabajaban las mocas, ni una sola idea si se las trabajaba arriba o abajo y, desgraciadamente, esto quizá nunca se sepa.
La mayoría de los pescadores con mosca de esa época, pescaban pricipalmente truchas, también, aunque muy limitadamente, se pescaban salmones, pero aquellos equipos eran incapaces de dominar a esta clase de peces. Para entender el problema, imagínese las dificultades que tendrían aquellos pescadores al tratar de luchar contra un salmón con una línea extremadamente corta y fija.
Los consejos ofrecidos en el Treatyse difieren muy poco de los encontrados en los libros modernos: El pescador es advertido para que permanezca los más posible fuera de la vista del pez e inclusive, que evite que su sobra caiga sobre el agua. Tendemos a pensar que la antigua pesca con mosca esta un asunto desmañado, pero no lo eram a menos que la trucha haya sufrido una acelerada evolución en los últimos cinco siglos. No, los pescadores del siglo XV fueron hábiles hombre y mujeres que no sólo eran capaces de pescar con equipos que podrían considerarse totalmente inadecuados sino que pescaron grandes cantidades de buenas truchas como para sostener la posibilida de la pesca profesional. En donde podemos encontrar una diferencia entre los pescadores del siglo XV y sus contrapartes modernos, es la dependencia del clima que tenía aquellos y que los hacían más “vulnerables”. Ellos rezaban por tener viento suficiente para disturbar la superficie del agua que ocultara su acercamiento a las truchas, y cuando esto ocurría, rezaban entonces para que este viento soplara en las la dirección correcta. El día cuando se pudo lanzar una mosca en el viento, ocurrió siglos atrás.
En efecto, la primera mención sobre el lanzamiento de la mosca no se hizo sino hasta 1620, y fue hecha por Lawson en uno de sus más frugales momentos. Para ser sinceros, cada palabra sobre la pesca con mosca que nos heredó Lawson, está forma de notas al pie de un poema de John Dennys, una circunstancia que debió haber sido bastante limitante para él, y es una verdadera lástima que no haya escrito más. Incluso los breve de los escritos de Lawson sugieren que era un experto pescador. Él aconsejaba pescar con la mosca con:
… una línea dos veces más larga que la caña, tan gruesa como 3 cabellos, en aguas libres de árboles en una obscura y ventosa tarde y si ya has aprendido como lanzar la mosca.
Walton y sus Contemporáneos
Para efectos prácticos, nada sabemos sobre la pesca con mosca en el período comprendido entre la publicación deThe Treatyse on Fysshynge with an Angle y el fin de la guerra civil inglesa. La guerra civil (1642-1651) dividió a la nación y a las familias en una historia que se escribió a sangre y fuego, pero para nosotros, ésta tuvo un efecto positivo que impulsó a un grupo de cinco hombre que escribieron sobre la pesca con mosca. Ellos fueron: Thomas Barker, Colonel Robert Venables, Isaac Walton, Charles Cotton and Richard Franck.
El pescador con mosca del siglo XVII, utilizaba una línea ahusada fabricada con crin de caballo, empezando en la parte más gruesa con siete o más crines y acabando con tres o menos crines. Todas estas líneas eran fabricadas en casa y aunque la regla era usar crines de caballo, en ocasiones se las fabricaba de seda o mezclando seda y crines. Usualmente, la línea se amarraba a la punta de la caña y tenía una longitud menor al doble de la caña. Algunos pescadores permitían que la línea corriera libremente a través de un anillo colocado en la punta de la caña, sosteniendo con la mano la parte libre de la misma o, también a veces se amarraba a un CARRETE.
Muchos pescadores fabicaban sus propias cañas. La caña típica, consistía en un bastón cubierto con cuero delgado o pergamino o pintado según la tradición de los fabricantes londinenses de la época. Charles Cotton utilizaba cañas de una sola mano de hasta 18 pies(!) de longitud (5.4 m), pero esta no era corriente y la mayoría de las cañas eran mucho más cortas. Para la pesca con mosca, se recomendaban las cañas hechas de madera de avellano, pues con este material se podían fabricar cañas largas y ligeras que podían manjarse fácilmente (relativamente) con una sola mano.
Los últimos dos pies (60 cm) de la punta eran cortados y sustituidos por un pequeño segmento de ciruelo o manzano silvestre, luego una vez más, la punta de este segmento era sustituido por un hueso (o barba) perfilado de ballena. El carrete era ajustado sobre la caña con una tira de cuero elástico o algún otro material, de tal forma que podía ser fijado en cualquier posición sobre el mango de la caña.
Principalmente, los pescadores lanzaban río abajo, pero en realidad debían lanzar a favor del viento, así que en caso de necesida debían lanzar río arriba. In the main, fishermen preferred to cast downstream, but the reality was that they must cast downwind, so they would cast upstream if necessary (existían, incluso en en tiempos de Vanables, un álgido debate sobre si se debía pescar rio arriba o río abajo). En un día típico de pesca en un río sinuoso, podía implicar diferentes cambios en la dirección del lanzamiento. Los buenos pescadores trataban de lamzar con el sol a sus espaldas, “latigueando” repetidamente con la línea, de tal forma que la mosca tenía poco tiempo para hundirse y lo más rápido posible para evitar que la línea se empapara.
Nuestro modelo, nos presenta pescador suplicando a los dioses por condiciones que harían que nosotros empacáramos nuestras cosas y regresáramos a casa: viento y agua turbia. Un día ventoso era un buen día, ya que esta condición ofrecía al pescador las mejores oportunidades de ocultarse de los peces: un principio que tuvo que esperar por otros dos siglos para cambiar
Walton, quien tardíamente se convirtió en pescador con mosca, enlistó los doce patrones del Treatyse, pero Cotton, escribiendo en la quinta edición de Complete Angler, nos presenta sesenta y cinco moscas para trucha, empezado con esto la enorme diversificación de patrones. En los tiempos de Cotton, los patrones de mosca ya presentaban variaciones regionales y es muy probable que mucho del desarrollo del atado de moscas tuvo lugar en el siglo XVI .
Tenemos pocos detalles sobre las primeras moscas para pescar salmón, pero si leemos entre líneas, las moscas para salmón del siglo XVII, tenían un cuerpo hecho con pelo de oso, quizá amarrado con hilo de seda teñido, con un collar de pluma de gallo, faisán, perdiz o con llamativas plumas de guacamaya, flamingo o periquitos. La mosca pudo tener un aspeco palmeado o pudo ser vestida con uno, dos o incluso tres pares de alas hechas con plumas de cerceta, garza, ánade (pato silvestre) o halcón. El tamaño de estos anzuelos quizá fuera del tamaño de los más grandes anzuelos actuales para trucha y mayores.
La pesca con mosca en el siglo XVIII
Poco hubo a propósito del sorprendente despunte en el mundo de la pesca del siglo XVIII, que fue una etapa de consolidación y cambio incremental.
La caña es un caso especial. Las primeras cañas del siglo XVII, no tenían anillas o anillos guía, aunque en ocasiones si presentaban la anilla de la punta. Las cañas con guías, aparecieron a fines del siglo XVII. Esta invención, proporcionó a los pescadores un mejor control de la línea mientras se peleaba con el pez, pero no tenía mucha influencia o efecto en la distancia de lanzado, debido a que la naturaleza de las líneas de esa época sólo permitían un “mínimo disparo”.
Las primeras anillas eran extremadamente inconfiables y tenían la fuerte tendencia a jalonear la caña bajo tensión, lo cual, sin duda, contribuyó a su lenta aceptación.
Hacia mediados del siglo XVIII, una incesante diferenciación en el tipo de las cañas era ya evidente, así como una creciente sofisticación en la selección de los materiales para cada sección. Las cañas con uniones se hicieron más comunes, aunque tales uniones (a menudo hechas de madera, a veces reforzadas con bronce) eran horriblemente inconfiables.
Las cañas de mosca para trucha todavía eran mucho más largas que las que ahora usamos: entre catorce y diecisiete pies, aunque la mayoría eran más cortas. Las cañas típicas podían medir doce pies para pescar con líneas que terminaban en dos pelos o más; nueve pies para líneas acabadas con un solo pelo “para moscas pequeñas”, y diecisiete pies para pescar salmón.
Para los mangos se usaba fresno o sauce, mientras que nogal americano o avellano se utilizaba para las puntas, y su respectiva extensión, de barba de ballena, era en ese entonces estándar. Las “Cañas de bambú” empezaron a utilizarse en la construcción de puntas, sobre todo para cañas para salmón.
Se cree que un pescador experimentado, usando una caña de dieciséis pies, podía lanzar unas doce yardas de línea con una sola mano o diecisiete yardas con dos manos. El que alguien quisiera lanzar con una sola mano con una caña de dieciséis pies de largo, es otra pregunta.
Ya tan temprano como 1600, había mercaderes que fabricaban equipo de pesca. Gervaise Markham sugería a sus lectores que compraran sus cañas en “mercerías”, ya que era una “gran opción”. En el siglo XVIII, el comercio de equipo de pesca era ya un negocio bien establecido y vendía todo producto concebible que el pescador pudiera necesitar así como muchos más que no.
Una multitud de vendedores aparecieron durante y después del tiempo de Walton, incluyendo a la gran firma Ustonson, empresa que empezó a comerciar hacia 1760 y era quien proveía de equipo al Rey George IV.
Fabricar cañas era una cosa, pero no tardó mucho en que se reconociera el potencial comercial de los carretes. En 1726, en periódicos locales, Kirby anunciaba “la mejor selección de manivelas”.
En las postrimerías de segunda mitad del siglo XVIII, se publicitaban para su venta manivelas de bronce de diversos diseños. Fue durante el segundo cuarto del siglo XVIII cuando la pesca se convirtió en actividad popular, con mercancías, tiendas y bodegas que nos explican porque el mercado de equipo de pesca se expandió grandemente en esa época. En la segunda mitad del siglo, hizo su aparición un tremendo invento – El carrete multiplicador. La aparición del multiplicar en época tan temprana de la historia del carrete para mosca es desafortunada, porque sentenció a los pescadores a un siglo de miseria.
Probablemente, el multiplicador arribó al mercado más o menos en 1750 y constituyó una respuesta natural al pobre diseño de los carretes de acción sencilla de la época. Éstos tendían a ser anchos, con diámetros pequeños y ejes demasiado delgados que hacía que la recuperación fuera dificultosa si se sacaban unas cuantas yardas.
Desde los días del Treatyse, los pescadores debían confeccionar ellos mismos sus líneas, generalmente de pelo de caballo, pero la revolución industrial cambió todo eso. La relativa facilidad con que las máquinas podían ser inventadas y producidas tuvo sus primeras consecuencias para la pesca con mosca: una amplia gama de líneas ahusadas manufacturadas se hicieron disponibles.
Las nuevas líneas ahusadas podían ser lanzadas con mayor precisión que las líneas de pelo trenzadas a mano. La mitad del siglo XVIII marcó el principio del fin del uso de las líneas planas (level lines), las cuales incorporaban tanto la línea de mosca como la línea de corrida (running line).
Hacia 1850, las líneas doblemente ahusadas (tapered) se convirtieron en artículo estándar para los pescadores quienes podían voltear la línea cuando una punta se desgastaba. Sin embargo, el rápido avance en la manufactura de líneas trajo consigo un nuevo conjunto de problemas.
A finales del siglo XVIII, habían aparecido en el mercado las líneas trenzadas de seda y pelo de caballo y a principios del siglo XIX, las líneas de seda, tanto trenzadas como torcidas se encontraban a la venta. Las líneas de pelo de caballo tenían muchas desventajas: demasiado ligeras por lo que no podían ser lanzadas fácilmente y presentaban una “horrible” cantidad memoria, particularmente cuando, de nuevas, se les sacaba de los carretes de ejes sumamente delgados que se utilizaba en esos tiempos.
Por otro lado, las líneas de seda absorbían agua con demasiada rapidez, se desgastaban muy pronto y se hacían demasiado pesadas para lanzarlas; un problema que no pudo solucionarse hasta que, en 1890, aparecieron las líneas de seda trenzadas muy finamente.
Las mezclas de seda y pelo eran un triste compromiso, ambos materiales tenían muy diferentes propiedades pero, no obstante, fueron ampliamente utilizadas. Eran caras, se desgastaban rápidamente, eran poco resistentes, se enmarañaban con facilidad y debido a las numerosa protuberancias de pelo que presentaban, se deslizaban muy mal sobre las anillas de las cañas.
A finales de este siglo, muchos pescadores estaban comprando sus moscas, en lugar de atarlas ellos mismos, a comerciantes especializados en equipo de pesca. Si se consiguieron grandes avances en cuanto a cañas, carretes y líneas se refiere, las moscas para trucha y salmón sufrieron muy pocos cambios en el siglo XVIII.
En 1790, cualquier pescador podía abrir su caja de moscas y mostrar una selección de patrones de Cotton sin que casi nadie lo notara; cuarenta años después, se hubieran reído de él. Ésta fue la calma tras la tormenta.
La pesca con mosca entre 1800 – 1850
La primera mitad del siglo XIX fue el período cuando la mosca ahogada con alas apareció y marcó el principio de la evolución de la mosca para salmón totalmente vestida. También fue una época de experimentación, empezaron a hacerse mejoras al diseño de las cañas, las líneas de seda trenzada empezaron a fabricarse en masa y la tripa (intestino) de gusano de seda, utilizada ampliamente.
Los chinos descubrieron la forma de preparar el intestino -o tripa- del gusano de seda siglos antes de que Kirby lo anunciara 1722, declarando que era material de “reciente descubierto”. Al principio, su utilización fue escasa, pero a mediados del siglo XIX ya era extensamente empleado. En parte, una de las razones por las que los pescadores reusaban utilizar la tripa (gut) de gusano, era porque los primeros líderes de tripa natural eran demasiado gruesos comparadas con los de pelo de caballo. Los líderes de tripa delgadas eran demasiado caros y difíciles de conseguir, hasta que a fines del siglo XIX se les pudo obtener en cantidades y calidades suficientes. Por otro lado, una vez que estos líderes obtuvieron una aceptación general, no tuvieron rival hasta 1930 cuando el Nailon fue inventado. Uno de los mejores apoyos para la venta de este nuevo material, fue que era, ya entonces, mucho más fácil obtener líderes de tripa de gusano de la misma calidad que los confeccionadas con pelo de caballo.
A mediados del siglo XIX, la tripa de gusano era un gran negocio. España, Portugal, Italia y Sicilia tenían industrias propias e incluso se le podía conseguir proviniente de Siria. Era de concenso general que la mejor tripa de gusano era la de España, misma que se surtían en madejas de entre diez y veinte pulgadas de longitud. La tripa de gusano de seda, en función de su grosor, recibió su propia nomenclatura. Así, la más gruesa era llamada “Hebra”, la siguiente en grosor, “Imperial”; y así sucesivamente encontramos los nombres “Marana 1st”, “Marana 2nd”, “Padron 1st”, “Padron 2nd”, “Regular”, “Fina”, “Refina” y “Refinucha” -que era el nombre para la más delgada-. Dentro de cada grosor, había tres calidades, siendo la más fina denominada “Selecto”, la segunda en calidad “Superior” y la de menor calidad “Estriada”.
No es necesario señalar que para la pesca del salmón se empleaba tripa de gusano muy gruesa, mientras que para la pesca de la trucha, se empleaban largos y finos líderes de grosor “Refina”, en donde no se conseguía más delgado. Las exigencias del mercado, forzaron el desarrollo de líderes de tripa de gusano más delgados todavía, mendiante un proceso conocido como “extrusión”. El proceso de extrusión, no solo hacía que la textura del líder fuera más rugoso, sino que además los hacían menos transparentes y muchísimo más caros.
Hacia finales del siglo XIX, los líderes de tripa de gusano “natural” o “no extruidos” empezaron a ver el fin de sus días y cada día fue más dificil conseguirlos. Y a principios de la Segunda Guerra mundial era casi imposible conseguir uno de estos líderes. En esa época, la mayor parte de los líderes de tripa de gusano se producían en España y el actualmente familiar sistema “X” para determinar el grosor o grado de ahusamiento fue establecido.
La tripa de gusano de seda, fue a su vez substituido por el nailon pero heredó el mismo sistema de medida. El origen del sistema “X” es interesante, pues tiene doscientos cincuenta años de antigüedad y está basado en un sistema internacional utilizado para medir partes de relojes. Cuando se empezó a extruir la tripa de gusano, adelganzado una de las partes de la hebra, insertándola en un barreno practicado en una pieza metálica y jalándola, los fabricantes buscaron una sistema común de medición y se decidieron por el sistema favorito de los fabricantes de relojes. El sistema “X” era adecuado para medir la tripa, pero está callendo gradualmente en desuso, pues las amplias variaciones en el diámetro del nailon hacen que las medidas se salgan del rango de esa vieja escala.
Las cañas de principios del siglo XIX, no eran muy diferentes a sus antecesoras, las mejores empezaron a fabricarse de fresno, anona y nogal americano; Con el bambú de Calcuta se empezó a sustituir la madera de anona, cuando aquél podía encontrarse con la calidad apropiada.
Con excepción de la anona y del bambú, los otros materiales habían sido la materia prima preferida durante dos siglos y aún permanecieron en uso durante otros treinta años.
Las cañas de varias secciones tendían a desarmarse constantemente. Se necesitó mucho ingenio para superar el problema y una cantidad de junturas fueron empleadas durante este siglo: una férrula hembra de bronce aceptaba a la otra parte forrada también de bronce, así como uniones roscadas.
La búsqueda no terminó hasta que fue posible fabricar uniones resistentes forradas con delgados casquillos metálicos.
Independientemente de muchos otros avances, la barba de ballena sigió utilizándose en las puntas de las cañas, siendo considerado suficientes con una longitud de cuatro o cinco pulgadas. Ya entonces, muy pocos se tomaban la molestia de confeccionar sus propias cañas, pero a principios del siglo XIX, era necesario que los pescadores tuvieran conocimientos y habilidades suficientes para fabricar sus propias puntas de caña, las cuales se rompían con monótona regularidad (a veces después de unos cuantos días).
La longitud de las cañas para salmón permaneció inalterada desde los días Walton, pero las cañas para trucha empezaron a hacerse más cortas. La longitud común para las cañas de trucha era de entre doce y catorce pies, aunque en 1806, Mackintosh sugirió que las cañas para dos manos para trucha no debía ser menor a ¡ 16 pies de largo !. Las cañas para salmón se alargaron una vez más, quizá diecisiete o dieciocho pies.
Hacia 1800, el carrete ya era casi universalmente utilizado por los pescadores a mosca.
El carrete con sujetador de abrazadera era ampliamente utilizado, aunque las versiones con un “perno” eran ligeramente menos populares.
Literalmente, estos últimos carretes, tenían un perno roscado (tornillo) que se pasaba a través de un agujero practicado en la parte baja de la caña y sujetado entonces con una tuerca de mariposa. Existía una acalorada discusión que mantenía divididos a los expertos, sobre en dónde debía colocarse el carrete: si arriba o abajo de la caña. La mayoría de los partidarios de colocar el carrete encima de la caña, pescaban con carretes multiplicadores; una colocación (o posición) que, aún hoy en dia, sigue siendo preferida para los carretes de este tipo.
En la década de 1830, los carretes con soporte de placa entraron en fiera competencia con los carretes de abrazadera de tornillo que en esa época existían. Los carretes con abrazadera continuaron siendo, pese a todo, los favoritos y firmas como Pfleuger continuaron comercializando carretes con abrazadera hasta finales del siglo XIX.
Para cambiar al nuevo asiento -más moderno- las cañas debían ser modificadas individualmente, pero el nuevo diseño ofrecía tantas ventaja, que no tardó mucho en convertirse, por demanda, en el asiento universal para el carrete. (estándar industrial, como diríamos).
Los carretes de esa época, eran pequeños en comparación con los modernos; típicamente medían más o menos una pulgada, tanto de ancho como de diámetro. No había ninguna razón para que fueran más grandes, pues las líneas eran muy delgadas y no existía distinción entre el running line y la línea de mosca.
Aparte del desarrollo de los multiplicadores, desde la época de Walton, el diseño de los carretes casi no sufrió de alteraciones y los carretes de principios del siglo XIX eran casi injustificadamente inadecuados: los carretes con tambor ancho y diámetro estrecho dominaban el mercado. Con raras excepciones, los carretes británicos de ese período que han sobrevivido, son de baja calidad, por lo que es entendible porqué no eran muy apreciados.
Entretando, en Norte América, una línea separada de carretes empezó a aparecer. Para empezar, la mayoría de los carretes americanos eran hechos artesanalmente y tenían toscas bobinas de madera con asientos de hierro. A principios del siglo XIX, la mayoría los americanos debían importar los carretes o fabricarlos ellos mismos.
Los veteranos, a menudos pescaba con carretes improvisados por los herreros locales, usando bobinas para lana desechadas. Pero la industria nativa empezó a aparecer y rápidamente se hicieron comunes los carretes de acción sencilla y manivela curvada, fabricados con bronce o German silver.
Se cree que en algún momento entre 1805 y 1810, George Snyder, un relojero y orfebre de Paris, Kentucky, construyó los primeros carretes de calidad norteamiricanos. Snyder detectó la necesidad de un carrete multiplicador confiable y se sentó a inventar uno.
Pocos años después, aparecieron otras empresas: entre otras, Meek, Hardman y Milam, que fueron responsables del ulterior perfeccionamiento del carrete multiplicador. Estos “carretes de Kentucky” se distinguían de los británicos por el hecho de que realmente funcionaban bien, y no tardó mucho en que aparecieran carretes cuyo diseño permitieron, por primera vez, lanzar la línea directamente del carrete; una suerte que no se podía intentar dos veces con un carrete inglés.
En los carretes americanos, aparecieron varias innovaciones, como la presentar una palanca balanceada y el primer mecanismo para un carrete de bobina independiente.
A principios del siglo XVIII, la producción en masa de las líneas de pesca, hicieron que el precio en las tiendas, entraran en “caída libre”, pero no era un negocio sencillo. Los fabricantes de equipo estaba inmersos en una larga curva de aprendizaje; algunas líneas se ahusaban demasiado rápido, otras eran demasiado gruesas y las líneas más baratas se echaban a perder rápidamente.
La mayoría de las líneas se fabricaban con mezclas de seda y pelo de caballo, pero las líneas de seda trenzada empezaron a aparecer en el mercado. La línea trenzada fue un importante avance ya que se consiguió con ella el primer paso hacia las líneas impermeables, muchísimo más durables.
Las mejores líneas eran de seda trenzada y eran mucho más delgadas y resistentes que sus contraparte torcidas, y empezaron a estar disponibles en longitudes de ochenta a cien yardas.
Hubo otro importante desarrollo: “Silkworm gut casts” (o líder o bajo de fondo, como le llamaríamos ahora) empezaron a desplazar al pelo de caballo.
La distancia de lanzado se incrementó notablemente. En el siglo XVII, la línea fija implicaba que la distancia máxima a la que el pescador podía “lanzar” era igual o ligeramente mayor a la longitud de la caña. A principios del siglo XIX, al tomarse mayor interés en la acción de las cañas, así como las líneas de seda y pelo de caballo se incrementó la distancia alcanzada. La calidad de las líneas era tal que un pescador promedio podía lanzar a distancias razonables: de dieciocho a veintitrés yardas con una caña de dieciséis pies; y diez o doce yardas con viento.
Pero el asunto era más complicado por el hecho de que era posible pescar con varias moscas en un solo lanzamiento, gracias al descubrimiento de la tripa de gusano.
Gracias al libro publicado en 1836 por Ronalds, las moscas para trucha se presentaron en grandes cantidades.
Los patrones adquirieron una apariencia “moderna” y las moscas palmeadas (alguna vez basamento del pescador con mosca) se redujeron a unas cuantas -cayendo de su posición dominante, alcanzada durante el siglo XVIII-.
Las moscas para salmón llegaron a su maduréz y los patrones abultados que sue usaron tradicionalmente en el siglo XVIII, fueron arrastrados por nuevas creaciones inspiradas por Blacker y Bainbridge, los más destacados atadores de mosca de la primera mitad del siglo XIX Es intersante notar que la la mayoría de las moscas eran atadas en la mano, el vise apareció en los últimos años del siglo XVIII, pero continuó siendo considerado como una “peligrosa innovación”.
Los viajes de placer (turismo) se hicieron posible para la gente ordinaria y el ferrocarril empezó a jugar un papel crucial en el desarrollo de la pesca en el Reino Unido.
La primera vía británica se instaló en 1825 y para 1870, el país contaba ya con 13,500 millas de vías ferrovarias.
Empezó una afluencia a sitios extranjeros de pesca y aventura y uno de los destinos preferidos era Noruega.
Los grandes ríos noruegos y los enormes salmones que los habitaban, se convirtieron en irresistible tentación para los pescadores británicos adinerados. Ellos encontraron un país que carecáa de una tradición de pesca de salmón y durante un tiempo, las tarifas y costos estuvieron rasonablemente bajos.
El principio del amor a la pesca de salmón en Noruega, fue celebrado en Jones’s Guide to Norway, un libro que tuvo la peculiaridad de haber sido escrito por un hombre que realmente no había visitado Escandinavia.
Este tipo de detalles no fueron suficientes para detener a Tolfrey, quien junto con su amigo, un vendedor de equipo de pesca de la calle Jermyn, que vendía equpo de alta calidad a ricos y afamados, vió una oportunidad de negocio que los hizo famosos a ambos.
Como la ilustración nos muestra, los patrones de Jones son complicados y vistosos y hasta la fecha, siguen siendo de los más retadores patrones de mosca para salmón que cualquier atador pueda enfrentar.
La Época Victoriana
Los años comprendidos entre 1851 y 1900, contribuyeron una época de enormes cambios para el mundo de la pesca con mosca. En esos cincuenta años, las convenciones prevalecientes durante centurias fueron rápidamente barridas. Se descubrió el “lanzamiento falso” (false cast), la técnicas de la mosca seca apareció, se perfeccionaron las cañas de segmentos longitudinales (split cane) y aparecieron los carretes que podemos considerar como “modernos”.
En 1851, había quienes pescaban con mosca y con carnada usando la misma caña. Hacia 1900, ya había cañas especializadas para la pesca con mosca y no había nadie que soñara en usar una caña de mosca para cualquier otra cosa que no fuera esta técnica.
En la década de 1850, la mayoría de las cañas para trucha seguían siendo para dos manos y medían doce o trece pies, pero las cañas para salmón seguían siendo tan largas como siempre habían sido.
Las cañas para el salmón spey eran tan largas como dieciocho pies y las cañas Shannon se alargaron una vez más, pero la desventaja de las cañas largas era si peso excesivo, pese a que permiten al pescador cubrir más agua. Algunos pescadores poseían el equipo la experiencia técnica para lanzar la línea, así que distancias de veinticinco yardas eran considerados buenos lanzamientos. Un experto podía manejar treinta o incluso treinta y cinco yardas utilizando una caña de dieciocho pies.
(ilustración cortesía de Henrik Strandgaard.)
El viento de cambio empezó a soplar en 1857, cuando Stewart, un joven escocés, propugnó por la pesca río arriba con la mosca ahogada con una caña “ligera y rígida” de aproximadamente diez pies de largo.
Esto, el descubrimiento del falso lanzamiento a principios de la década y el principio de la pesca con mosca seca, empezaron a crear la tendencia de acortar las cañas para trucha, que terminó en la generación Halford de cañas de secciones longitudinales (largueros) de bambú (split canes). Las cañas de ambos lados del Atlántico seguían fabricándose con madera de anona, bambú y barbas de ballena. El peso de las cañas pertenecientes a Francis Francis (editor de “The Field”), dan una idea de porqué las cañas de bambú se hicieron tan populares, pero fue la pesca río arriba con la mosca seca los que causó la final defecciín hacia las cañas para trucha de una sola mano.
Pero no solo cambió la longitud de las cañas de la última mitad del siglo XIX; los materiales también cambiaron. En la década de 1850, tanto las cañas para trucha como para salmón fueron construidas con madera de anona, bambú y barbas de ballena.
Para finales del siglo, la mayoría de las cañas de mejor calidad fueron construidas de segmentos longitudinales (split cane), y casi cada caña para salmón fue construida con “greenheart”.
La longitud de las cañas para salmón siguió en el rango de quince a dieciocho pies, pero no fueron empalmados segmentos muy largos y la ferrula finalmente triunfó como método para ajustar las secciones.
Las mejoras en el diseño de los carretes se aceleró por la entrada al mercado de una nueva generación de vendedores de equipo.
Firmas como Eaton y Farlow se concentraron en la diseño de carretes y fueron pivote en las mejoras que tuvieron lugar en los siguientes cincuenta años. Para entonces, los frenos ya eran menaje estándar en los carretes y los ejes anchos eran comunes en los carretes de calidad, a pesar de que los ejes de díametro pequeño permanecieron como característica común hasta el final de los años de 1890.
Un cambio mayor que se dió en los carretes, fue que se aligeraron como consecuencia del empleo de nuevos materiales, particulamente el aluminio. Con el aluimnio, vino una corta moda para usar todo tipo de materiales exóticos.
Entre 1851 (cuando Goodyear sacó su primera patente para el proceso del caucho) y 1925, el caucho se hizo popular en la construcción de carretes para mosca. El caucho rígido se empleó en carretes de ese período bajo diferentes marcas, pero Ebonite, Xylonite, y Vulcanite fueron las más comunes.
Los desarrollos logrados en Gran Bretaña, fueron copiados en America, lugar en donde, hacia 1845, los carretes nativos casi desplazaron a los productos importados. A mediados del siglo XIX, los pescadores americanos ya no dependían de europa, salvo por la tripa de gusano de seda.
El primer carrete para mosca de perfil angosto, hecho por Charles Orvis, apareció en 1874. Para entonces, ya se vislumbraba el dominio del desarrollo de carretes para mosca por la tecnología mecánica de los americanos. En la segunda mitad del siglo XIX, los carretes americanos igualaron y, en algunos casos, superaron a sus contraparte británicos.
Entonces vino una catarsis. En la década de 1890 George Kelson deteminó exactamente las mejoras que podían realizarse. La compañía que seleccionó para continuar el diseño de su carrete fue Farlow and Co., Ltd., of 191 The Strand.
El carrete de Kelson, fue comercializado subsecuentemente como el carrete ‘Patent Lever Winch’. El otro gran carrete de la época era el ‘Perfect’.
El carrete de Hardy fue introducido en 1891 e incluía muchas de las mejoras que habían solicitado los pescadores: era delgado y profundo entre las placas, con un freno ajustable (dentro de un rango limitado). Tenía una montura tipo “pie” y tenía un “guarda-línea de anillo revolvente” el cual facilitaba mucho el lanzamiento de la línea.
A diferencia del Patent Lever, éste carrete trabajaba con baleros y podía separarse para su fácil limpieza. La sencilla forma de desarmar el carrete Perfect, fue la clave de su éxito. Antes de este carrete, las placas laterales de los carretes estaban sujetas con barras intermedias atornilladas, lo que el tratar de desarmarlo constituía una verdadera pesadilla.
La única característica que no presentaba el carrete Perfect, era que no tenía el un borde expuesto, característica imposible de incorporar debido a la naturaleza de su diseño. Si en algo fallaba el carrete, era en su mecanismo de recuperación, mismo que era muy poco efectivo, comparándolo con el diseño de Kelson.
En mi opinión, el “Perfect” puede aclamar que ha sido el más exitoso de los carretes de todos los tiempos; permaneció en producción por buena parte de un siglo y durante ese tiempo docenas de variaciones y mejoras se hicieron al diseño original.
El carrete Perfect, marcó una ruptura decisiva con respecto a los modelos antiguos, de lento embobinado y barril ancho. Además se convirtío en la vanguardia de la nueva generación de carretes bien diseñados, de embobinado rápido y acción sencilla.
El uso de las líneas de pelo de caballo empezó a declinar después de las décadas de 1860 y 1870, aunque este material continuó teniendo partidarios hasta muchas décadas posteriores. La dificultad para confeccionar líneas de gran longitud con este material, constituyó el factor decisivo para acelerar su desaparición. Ya no hubo necesidad de que los pescadores usaran líneas de treinta o cuarenta yardas ni de que se esforzaran grandemente en sostener la línea cuando enganchaban a un salmón; el desarrollo de frenos, carretes de acción sencilla con gran capacidad, la línea de apoyo o respaldo (backing line) y la aceptación de las líneas ahusadas para mosca significaba que podían lanzar mucho más lejos y permitir que los peces “corrieran”. Las líneas de seda trenzadas tenían grandes ventajas sobre las líneas planas de pelo de caballo y ningún pescador que probaba las líneas de seda, volvía a usar líneas de materiales tradicionales. La seda permitía lanzamientos más largos, se podía arreglar y en general podía controlada mucho más fácilmente, así que revolucionó la pesca con mosca. La combinación de los nuevos materiales para fabricar cañas y las líneas de seda, superó, por mucho, la distancia a la que podía anteriormente lanzase una línea. Casi todos los diferentes tipos de lanzamientos que hoy conocemos, fueron descubiertos hacia 1890 y un pescador de salmones promedio, podía completar un lanzamiento de treinta yardas. Los expertos podían lanzar mucho más lejos: entre cuarenta y sesenta yardas.
La década de 1890, marcó el tope del diseño de moscas para salmón “totalmente vestidas”. Bajo la influencia de George Kelson, John Traherne y muchos otros más, algunas de las más espectaculares creaciones en pelo y piel fueron atados durante este período. La exuberancia de los patrones refejaban la confianza de los Victorianos y su belleza, sobrepasó incluso a las moscas atadas por Blacker y su generación. El número de patrones distintos en uso común fue extraoridinario, con Kelson dándonos 300 diferentes patrones en su libro, y aún más nos proporcionaros Hale y Hardy.
Un sofisticado comercio de importación creció alrededor la necesidad de plumas exóticas, y a pesar de algunas voces discrepantes, la mosca totalmente vestida dominó la pesca del salmón hasta principios de la década de 1950.
En los círculos de pesca de trucha, durante este período, se dió un desarrollo que sobrepasó a todos los demás. Este descubrimiento fue la mosca seca. No solamente dió popularidad al método de pesca río arriba con mosca seca, sino que tuvo un fuerte impacto en el diseño de las cañas, favoreciendo los productos segmentados mucho más cortos, dividendo también a los pescadores de truchas en dos campos, a expensas de mucho más calor y luz. En la década de 1890, el desarrollo de la pesca de trucha con la mosca ahogas de detuvo efectivamente, y fue la mosca seca la que llevó la tecnología para el siguiente siglo.
La Mosca Seca
La primera mención impresa de la mosca seca se hizo en “The Field” y data del 17 de Diciembre de 1853. En un artículo intitulado “The Hampshire Fly Fisher” el autor dice: “Por otro lado, hasta donde concierne a la pesca con mosca, pescar río arriba, a menos de que se intente el ‘quiebre Carshalton’ y se esté usando una mosca seca, es muy complicado”.
Los patrones de mosca seca, ciertamente estuvieron comercialemente disponibles alrededor de esa época; Ya en 1854, la empresa Foster’s de Cheltenham vendía moscas secas con alas verticales separadas (upright split wings). Sin embargo, no queda aún claro quién en realidad desarrolló la primera mosca seca, si es que se puede decir que un hombre fue el inventor.
James Ogden, otro vendedor de equipo de Cheltenham, pretendía haber sido el primero en emplear una mosca, aduciendo que había utilizado patrones de mosca seca desde 1840. Pero aunque Ogden en verdad pescó con patrones que flotaban, otros lo hicieron antes que él, pero sin hacer ningúna reclamación de primacía.
Ogden y Foster, ciertamente fueron parte de lo que empezaron la tranformación del la mosca flotante en la mosca seca con collar (hackled) durante los años comprendidos entre 1840 y 1850. Si el tiempo de esta escena es correcto, el desarrollo del lanzamiento en falso (false cast) hacia principios de la década de 1850 tiene mucho sentido. Cualquiera que haya sido la conología, el descubrimiento tomó bastante tiempo para penetrar y ganar aceptación general.
Para finales de 1880 la mosca seca ya estaba bien establecida, aunque esto no significa que haya sido universalmente adoptada.
Asombroso de relatar, es que la primera trucha “River Test” no fue pescada sino hasta 1888 – treinta y cuatro- años después de que la primera mosca seca de Foster salió a la venta. La tardía adopción del la mosca seca en los riachuelos de yeso ingleses, es aún más espectacular si uno considera que Thaddeus Norris estaba pescado con moscas secas en los riachuelos de Filadelfia en tiempos tan tempranos como 1864.
Una de las razones por las que la mosca seca tarda en pescar es porque no es tan fácil de trabajar. La mosca seca de los años de 1880 presentaban graves dificiencias. Cuando se las lanzaba, frecuentemente caía de lado o peor aún, de cabeza. Otro problema era que las moscas absorbían agua y se hundían, a menudo demasiado rápido: Otra vez, los moscas eran atadas a una línea de tripa, las que no solamente hacían a los cuerpos de las moscas más voluminiosos, sino que además las hacían que se hundieran, proceso que era acelerado aún más por la tendencia de las líneas de seda a saturarse de agua.
Un grupo de pescadores, incluyendo a F.M. Halford, G. S. Marryat, H. S. Hall, E. J. Power, Dr. T. Sanctuary; y various profesionales incluyendp a Holland, Hammond, Currell y Chakley aceptaron a la mosca flotante, mejorándola y creando la mosca seca que utilzamos hoy en día. Tradicionalmente se dá a Halford mucho del crédito, principalmente porque él escribió extensivamente sobre el tema al cual dedicó su vida.
Halford ganó prominencia, parcialmente porque originó y perteneció a la escuela de “la exacta imitación”, dedicó su vida al desarrollo de una serie definitiva de moscas para riachuelos de yeso (chalk streams o limestone streamers). Contínuamente refinaba sus ideas y su selección final algo así como treinta y tres patrones fueron publicados en “The Modern Development of the Dry Fly”. Halford estaba obsesionado con la idea de obtener patrones que coincidieran exactamente con color de los insectos que imitaban; y se la pasó cientos de horas comparando sus artificiales con insectos conservados.
A pesar de su laboriosa investigación, más tarde fue muy criticado por sus métodos y con el paso del tiempo, la mayoría de sus patrones fueron eliminados de las cajas de moscas de los pescadores.
Pero hubo más de Halford que un conjunto de patrones. En 1886 trató de definir la pesca con mosca seca como: “… presentando al pez las mejores imitaciónes posibles de los insectos de los que se está alimentando en su posición natural”.
Hecho que dividió en cuatro (cinco, realmente) condiciones:
1. localizar a un pez que se esté alimentando con insectos alados.
2. presentarle una buena imitación de un insecto, tanto en tamaño como en color.
3. presentarle el señuelo con una posición natural y “erguida”.
4. colocar la mosca delicadamente sobre el agua, de tal forma que flote apropiadamente sobre el pez y sin que presente “arrastre” (drag).
5. que los cuatro puntos anteriores deben ser cabalmente cumplidos antes de que el pez haya podido ver al pescador y a su caña.
Hizo un denodado intento de venerar el arte de la pesca con mosca seca en los arroyos de yeso, y por un largo tiempo tuvo éxito, hasta que los pescadores con ninfa ganaron el día y su propia parte en la historia.
La Revolución Silenciosa – 1900 a 1950
Al cambio de siglo, las mejores cañas para trucha eran para una sola mano, idealmente de 9′ 6″ a 11′. La mayoría de las cañas para salmón siguieron midiendo entre dieciseis y dieciocho pies, construidas de bambú o el pesado greenheart. El peso de las cañas para trucha ahora ae medía en onzas, mientras que el peso de las cañas para salmón disminuyó considerablemente; la caña “Champion” de Hardy, medía 17.9 pies de dieciseis pies, 2 libras y 3 3/4 ozs. Las cañas de bambú hexagonal y pesaba 2 libras y 8 ozs, y la “‘Hi-Regan” se conviertío en el diseño dominante, con doble o sencilla y centro de acero, a solicitud. Había empero otras sorpresas; la muy fina caña china ‘Tonkin’ tuvo que esperar hasta los años de 1930 para ser descubierta.
La alternativa para el bambú era el greenheart, que tenía la ventaja de ser mucho más baratas, pero tenía la desventaja para el pescador medio, ed que era extremadamente difícil de lanzar tanta línea como le era posible lanzar con una caña de bambú, además de con estas cañas se lanzaba mejor y más lejos. Los “viejos” materiales persistieron durante mucho más tiempo de lo que mucha gente cree. Las últimas cañas de greenheart fueron hechas por Hardy Bros. y dejaron de producirse en 1952. Este material fue empleado en la producción de cañas desde 1885.
La ferrula triunfó finalmente sobre el empalme, aunque las ferrulas de diseño británico no poseían la calidad de las americanas, (la ferrula de succion fue perfeccionada por Orvis). El empalme debió desaparecer, pero no fue así. Tan tarde como 1958, Jock Scott seguía recomendando el empalme sobre la ferrula, y Sharpe siguió construyendo un rango de cañas con empalme. Pero hacia 1900, las cañas con ferrula se habían aproximado a las cañas con empalme tanto en costo como en peso y entonces, finalmente, sonó la marcha fúnebre para el empalme.
El asiento de los carretes empezó a estandarizarse, y Hardy estaba promoviendo el asiento “Universal” inventado por el Dr. Emil Weeger.
El asiento “Universal” tenía dos agarraderas en forma de cuña, una estaba fija para insertarse en el plato del carrete y tenía un aro móvil para asegurar el pie del carrete. Hacia 1913, Hardy liberó su manivela de ajuste roscada. El nuevo asiento, ocultaba uno de los lados del pie de la montura del carrete en una cavidad practicada en la parte final del mango de corcho, el otro lado del pie del carrete se sostenía en su laugar con una tuerca. Con modificaciones menores, este tipo de asiento se utiliza ampliamente en nuestros días.
Las cañas se volvieron más cómodas y el uso del corcho, como forro para los mangos, se hizo cada vez más popular. Antes de 1880, las agarraderas eran hechas, ya sea maquinando un bulto en el material o en ocasiones enrollándole piel de cerdo
Hacia 1900, muchas cañas de calidad tenían empuñaduras de corcho natural, y en cañas inferiores se usaba retazos de corcho. Los antiguos “aros caídos que se columpiaban libremente” y que estaba sujetos paralelamentew a la línea de la caña, pronto quedaron fuera de moda. Los anillos de “víbora” (snake) y anillos puente se conviertieron en regla de las mejores cañas, y los anillos de la punta de las cañas de alta calidad, se revestían con ágatas.
El concenso general sobre la longitu de las cañas para salmón que ese mantuvo durante tres siglos, pronto fue abatido.
A principios de la década de 1930, A.H.E. Wood revolucionó la pesca del salmón al inventar la técnica del la línea engrasada. Esta sistema revolucionario no solo permitió la pesca del salmón en el verano, sino que también impulsó el uso de cañas más cortas. Sus amigos empezaron a utilizar “fuertes cañas para trucha” de nueve o diez pies de longitud. Una línea flotante no requiere de una caña larga y fuerte para ser lanzada, por los que los días en que el pesca del salmón era un deporte de fuerza muscular se acercó a su final.
Nueve pies fue el objetivo a vencer, y no tardó mucho en lograrse. Diez años después de los experimentos de Wood en la década de 1930, Lee Wulff tomó el asunto en un extremo lógico. Los argumentos empleaso por Wulff fueron tan persuasivos que, en la siguiente década, la “caña larga” empezó a desaparecer de Norte América.
La caña corta se convirtió en la marca del pescador con mosca americano y por un tiempo, las cañas se encogieron muchísimo. Durante un tiempo Arnold Gingrich pescó con una caña “Royal Crown Phantom” manufacturada por Hardy, que era una caña de bambú, medía solamente 4.25 pies de largo y pesaba 1 onza.
Las cañas para dos manos desaparecieron virtualmente del escenario de la pesca y solamente volvieron a aparecer en los últimos años por la “locura” por el Spey-casting que invadió a América.
Carretes
Se puede decir que pocos carretes han tenido una influencia mayor en el diseño de los mismos que el carrete “Perfect” de Hardy, que ya hemos mencionado en capítulos previos.
Otro gran carrete fue el carrete de Malloch “Sun and Planet” llamado así, después, por el arreglo de engranes encerrados en él.
Los primeros años del siglo XX, fueron tiempo de grandes innovaciones y el diseño de los carretes fue enormemete mejorado.
Por fin, la tecnología estuvo lista para el trabajo y los diseñadores fueron libres para experimentar. Los carretes de esta época nos ilustran esto muy bien. En 1910, Farlow presentó el “Patented Still-Handle Reel”, mismo que recordaba en todo respecto al “Patent Lever”, excepto que la manivela no giraba cuando la línea se sacaba de la bobina.
En el mismo año, Farlow comercializó el carrete “Cooper Multiplying”, que tenía una manivela que se extendía fuera del cuerpo durante el embobinado, pero quedaba cubierto durante el lanzado, y algunos años después fue origen del “Heyworth”, carrete con freno silencioso. Sin embargo, este rápido desarrollo no duró mucho. La Drepresión y la Segunda Guerra Mundial tuvieron su efecto en los carretes de la misma forma que lo hicieron en la sociedad.
En los años entre 1930 y 1950, estancaron el desarrollo modernos del los carretes europeos. Muchos de los carretes producidos en ese período presentaban una calidad inferiro incluso a los hechos cincuenta años antes. El auge económico de los años 60 animaron la recuperación de los proveedores de equipo de pesca y su condición general estaba muy deteriorada y muchas de las antiguas firmas británicas desaparecieron. Desde entonces los carretes de diseño americano empezaron a liderearon el camino.
Pesca de Trucha con mosca
El período comprendido entre 1890 y 1930 fue was el más brillante para la pesca con mosca seca en los ríos inglese, y fue tiempo en que los americanos finalmente se deslindaron de la influencia europea u desarrollaron su propia y distinta identidad, con un torrente de patrones y técnicas nuevas. Quizá el desarrollo más importante de este período fue el descubrimiento de pesca con ninfa, por una de los más grandes pescadores: G.E.M. Skues.
Aún estamos moviéndonos por el impulso que los desarrolladores de ese tiempo generaron.
Pesca del Salmón y moscas
En los años entre las grandes guerras, se vió otra revolución en la técnica de la pesca con mosca, con el amplio uso de líneas y moscas flotantes. Hasta que A.H.E. Wood descubró la técnica de la “línea engrasada”, la pesca del salmón en Inglaterra terminaba a finales de la primavera, para todos los intentos y propósitos, con un pequeño resurguimiento en los días fríos y nublados del otoño.
El impacto de las ideas que tenía Wood sobre la pesca del salmón son difíciles de imaginar ahora, pero en este tiempo, eran bastante revolucionarias. Después de Wood, la pesca en el verano nos solo era posible, sino rentable. Era extremadamente innovativo, elevándose sus técnicas a “gran arte”, como parte de un sistema de pesca con mosca que demandaba la presentación de la mosca al pez, justamente sobre la superficie del agua y “pasándola junto a él flotando río abajo como una hoja muerta”.
La pesca con la “línea engrasada” es frecuentemente malentedida ya que se le refiere como cualquier presentación de una mosca para salmón que se hunda usando una línea flotante. Wood consideraba que cualquier moviento de la mosca producido por la acción de la corriente del agua sobre la línea era fatal, por lo que corregía obsesivamente sus lanzamientos para evitar ese efecto.
Después de Wood, la atención sobre el desarrollo de la pesca del salmón se mudó a América. the focus of salmon fishing development moved to America. Fueron tres hombre los pioneros en el nuevo impulso: Hewitt, La Branche y Monell. Su inspiración vino nada menos que de Theodore Gordon, quién ataba moscas secas para salmón en alguna épeca anterior a 1903. A pesar de que La Branche comprobó que los salmones mordían casi cualquier tipo de mosca seca, él mismo desarrolló una serie especial del moscas “palmer hackled” para este propósito, las cualkes ruedan en la superficie del agua con las puntas del hackle (plumas). LaBranche llegó más tarde a comparar los patrones con brochas y el trío se convirtío en cuarteto: Colonel Monell, Soldier Palmer, Pink Lady Palmer, y la Mole.
Pese al trabajo pionero de Gordon, Monell, Hewitt y LaBranche, la mosca seca no se popularizó sino hasta despúes de 1930, cuando Lee Wulff revisó el problema completo de las moscas secas para salmón y se entregó a realizar algunos grandes diseños. El resultado fue la “Gray Wulff”, un modelo que tuvo tal éxito que animaron al inventor a desarrollar las “White Wulff” y “Royal Wulff”. Estos tres patrones siguen estando en los primeros lugares de la cajas de muchísimos pescadores.
El método de la mosca seca funciona muy bien para pescar salmones, en cualquier lugar en donde se los encuentre en grandes cantidades, en donde un pez avistado pueda ser alcanzado con precisión con la mosca, o en aguas cuya temperatura sea superior a 60 grados Fahrenheit, lo cual explica por que no funciona en el norte de Europa.
Material para Líder
Para finales del siglo XIX, la tripa de gusano natural y “cruda” tuvo que contar sus días y cada vez fue más difícil conseguirla. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, la tripa cruda fue casi imposible de encontrar, entonces, la mayor parte de la tripa se empezó a importar de España, y el familar sistema “X” para graduar el grosor de la tripa fue bien establecido. En 1909 ó 1910, un material llamado “tripa japonesa” o “sustituto de tripa” hizo su aparición.
Había varios nombre comerciales para el material, incluyendo “Telerana Nova,” “Padrona,” “Jatgut,” y “Subgut”. La base para este material era seda de capullo de gusano de seda; se hacía un hilo del grosor requerido y luego se hervía con una mezcla de pegamento de origen animal y un extracto algas marinas. El producto final era secado y pulido químicamente, pero el resultado era impredecible, por decirlo con palabras sencillas, y además, era fácilmente confundido por copias (falsificaciones) de pésima calidad.
No obstante los problemas con el suministro de la tripa de gusano de seda natural proviniente del Japón, éste material se hizo muy popular como material para líder (guía de mosca).
Moscas con alas de pelo
Las moscas para salmón con alas de pelo tienen un origen exacto obscuro, pero parece ser que fueron originadas a finales del siglo XIX en Norte América. Las moscas de cola de ciervo (bucktail) fueron usadas primero muy tempranamente hacia 1890.
Hasta donde sabemos, el originador de las moscas con alas depelo fue un ranchero de Idaho llamado A.S. Trude, personaje que pescó con esos patrones en algún momento entre 1886 y 1890.
El coronel Lewis S. Thompson vió esas moscas y las adaptó para la pesca de truchas, probándolas mucho más tarde con salmones en el río Restigouche (en 1928, o quizá algunos años antes). El motivo tras esta desviación radical de la tradición no está registrado, pero no es difícil de adivinar.
Muchos de los materiales usuados para atar moscas “estándar”, empezaron a escasear en Europa, no se diga en América. Además la tentación de experimentar con materiales locales, mucho más abundantes y baratos, debió ser bastante difícil de resistir.
En las décadas de 1920 y 1930, en la costa este de Norte América, se emprendió uno de los mayores desarrollos de los patrones con alas de pelo. En la América de ese tiempo, la mosca ahogada totalmente vestida se empleaba ampliamente y un grupo de atadores empezaron a experimentar con algunos patrones convencionales simples. Como funcionaron tan bien, que no pasó mucho tiempo antes de que estos atadores abandonaran el uso de plumas para hacer alas y empezaron a atar sus moscas con materiales locales como pelo de oso, ardilla, venados, ciervos y otros.
El éxito de estos patrones hicieron a un lado a los patrones británicos tradicionales para pescar salmones, y diriguieron el camino hacia una nueva e innovadora escuela de atadores americanos. Seguiremos pescando con los productos de nuestra imaginación.
Pesca con mosca desde 1951 a la fecha
El período moderno ha sido dominado por el desarrollo de nuevos materiales y no hay dudad que sin los plásticos, la pesca con mosca, tal y como la conocemos, sería irreconocible como deporte, pese a que los principios básicos sean los mismos.
Las primeras cañas de fibra de vidrio, appareciron depúes de 1940, pero tardó algo de tiempo que este nuevo material fuera adoptado. Los proveedores mostaban distintos grados de entusiasmo por él. La primera caña Hardy de fibra de vidrio, se construyó en 1954, después de un período. La primera caña de Hardy de fibra de carbono, apareción en 1976. El peso de las cañas disminuyó, alcanzando el punto en que el peso de la línea debía tomarse en cuenta para la manipulación de la caña.
Una caña moderna de fibra d carbono de quince pies, típicamente pesa cerca de una libra y una caña de nueve pies, tres y media onzas. Una tabla proporcionada por John Ashley Cooper hace una interesante comparación:
Longitud de la caña | Greenheart | Split cane (Bambú) | Fibra de vidrio | Grafito |
---|---|---|---|---|
16 ft | 30 oz | |||
15 ft | 35 oz | 28 oz | 25 oz | 13 ½ oz |
14 ft | 30 oz | 23 oz | 21 oz | 11 ½ oz |
13 ft | 24 ½ oz | 18 ½ oz | 17 oz | 10 oz |
12 ft | 19 oz | 14 ½ oz | 13 oz | 9 oz |
Si alguien se pregunta porqué las cañas de fibra de vidrio no reemplazaron de la noche a la mañana a las de bambú, la respuesta se encuentra en la tabla anterior. Las cañas de fibra de vidrio pesan casi lo mismo que sus equivalente de bambú y no ofrecen a los pescadores muchas ventajas adicionales, salvo el precio. La fibra de carbono o grafito, por otra parte, pesan aproximadamente la mitad que las cañas de fibra de vidrio o de bambú. Una vez que los problemas técnicos del grafito fueron resueltos, las cañas de este material entraron a la producción masiva y ninguno de los materiales antiguos pudieron competir con él. El bambú prácticamente desapareció a mediados de la década de 1980, aunque ha regresado para fabricar algunas cañas decorativas.
La Línea de mosca
Como con el desarrollo de las cañas, el período de post-guerra fue dominado por el desarrollo de nuevos materiales. Esto fue mejor así. La tripa de gusano de seda japonesa dejó de estar disponible para los americanos tan pronto como se declaró la guerra. Hacia 1944/45, se obtenían sustitutos de la tripa japonesa, de proveedores frances y españoles, pero pronto fueron sustituidos por un nuevo material: Nylon. El nylon fue patentado por Dupont en 1938, y en Inglaterra, la compañia ICI lo fabricaba bajo licencia. Inmediatamente después de la guerra, aparecieron dos tipos de líneas de nylon: monofilamento y trenzadas. La de nylon trenzado de inmediato ganaron popularidad entre los pescadores con señuelos artificiles (spin fishing). El primer monofilamento no era tan popular, y sufría de memoria, tendía a romperse o deslizarse en los nudos, además que era demasiado elástico. Las tribilaciones de la peca con líneas de nylon y el hecho que las de tripa de gusano fueran más confiables en calibres más pequeñps, hizo que el la tripa permaneciera en uso durante algunos años más; algunos pescadores la empleaban muy a gusto, todavía entrados los años de 1960.
En 1949 se hizo comercialmente disponoble el cloruro de polivinilo (PVC) y la primera línea de mosca de nylon apareció. Como producto estaba muy lejos de ser perfecto, pero señaló el camino a seguir. El ahusamiento fue producido variando la cantidad de material de fibra de nylon en el centro, que era hueco, siendo todo esto mas bien desventajoso. En 1952, el descubrimento del un método para alterar el grosor del recubrimiento de PVC sobre las nuevas líneas, permitió producir nuevas líneas de nylon relativamente baratas. El grado de ahusamiento de esas líneas podía ser controlado con gran precisión y la invención de métodos para alterar la gravedad específica del revistimiento de PVC (y por consiguiente su grado de flotabilidad), originaron un producto de gran flexibilidad, como nunca nadie antes soño en la pesca con mosca.
El Carrete
Estamos muy actualizados en el tema de engranajes, pero es una pequeña pieza perdida del rompecapezas. We are very nearly up to date on the subject of gear, but is one small piece of the jigsaw puzzle missing.
A principios del período moderno, era bastante inusual encontrar carretes con el borde expuesto. Sin embargo la idea no es nueva, por ejemplo, los carretes de Nottingham ya incorporaban esta característica desde mediados del siglo XIX. Pero el borde expuesto no era de rigeur en los carretes para mosca como lo era el freno.
Con la aceptación del borde expuesto, el diseño de los carretes modernos se completó: diámetro grande, tambor angosto con freno variable, un eje ancho, guarda para la línea y borde expuesto.
Mirando en mi colección de carretes, es sorprendente ver como solo unos cuantos de ellos reunen todas las características señaladas en esta lista.
Desde 1970 se dieron un tgan número de desarrollos, pero la mayoría solo tienen que ver con el refinamiento de diseños ya existentes. Las bobinas son fácilmente intercambiadas gracias a los nuevos mecanismos de agarre; en la década de 1980 aparecieron poderoso frenos de disco (y se pusieron tan de moda que incluso se les encontraba en los carretes para trucha más pequeños), y los carretes de más alta calidad se maquinan con acero aeroespacial, haciéndolos, al menos en teoría, indestructibles.
Los años ochenta y noventa parecen entrar en una era de renacimiento del diseño, casi aigual como en la era de Kelson.
Los útimos veinte años parecen que han surgido de la mostalgia y es fascinante ver como aparecen diseños que imitan carretes de siglos atrás, calificando para una particular atención los carretes Vom Hofe.
Moscas para Salmón
Como signo de la creciente dominación americana en este campo, los patrones de alas de pelo (hair-winged) no tardaron en cruzar el Atlántico. hacia 1960, los patrones hair-wing tuvieron una significativa influencia en los patrones británicos, en donde muchos modelos tradicionales empezaron a adaptarse para permitir ser atados con alas de pelo.
Los orígenes de las “tube fly” es más incierto. Sabemos que los nativos del siglo XIX norteamericanos ataban señuelos para salmón usando cañoes de plumas, pero la idea parece haber sido adoptada ampliamente en la pesca con mosca durante la década de 1940, pero como es común, las historias entran en conflicto. Una dice que el “tube fly” se originó cerca de 1945, por una atadora llamada Winnie Morawski, quien trabajaba para la empresa Charles Playfair and Co. en Aberdeen. Para empezar, Winnie usuaba secciones huecas de cañones de pluma de pavo, con un anzuelo triple engarzado dentro del cañón de la pluma. A principio, usaba esta base inusual para confeccioanr patrones tradicionales.
Entonces fue invitado a la tienda un doctor llamado William Michie y le sugirió a ella que empleara tubos quirúrgicos en lugar de plumas. Esta idea resultó en que el ala se atara en forma de collar vertical alrededor del tubo, quizá inspirado en la Waddington, y el anzuelo triple de colocó totalmente fuera del tubo, de tal forma que la mosca podía “escapar” de la línea cuandi era mordida por un pez.
Una variación, dice que en los años de 1940, un cirujano de Edinburgo estaba tan intrigado sobre las posibilidades de los tubos quirúrgicos que se llevó algunos a su casa y sobre el tubo amarró algunos pelos oscuros de comadreja (o armiño), antes de acoplarle un anzuelo triple y crear la “Stoat’s Tail”.
Cualquiera que sea la verdad, este nuevo desarrollo significó que cada uno de los aspectos de la pesca de salmón con mosca era aceptado y siguió así una nueva era de invenciones.
Hay un interesante corolario (postscript) para el desarrollo de las moscas para salmón con alas de pelo. A los pescadores les tomó mucho tiempo para encariñarse con las moscas “brillantes” totalmente vestidas, y fueron suministradas comúnmente en casi cualquier tienda de equipo hasta principios de la década de 1980.
Conforme se hizo más difícil encontrar moscas totalmente vestisas, apareció un nuevo tipo de coleccionistas y un sustancial mercado de “especímentes atados” surgió. Este mercado trabaja en la actualidad a todo vapor, con moscas nuevas (en el sentido de reciente manufactura) cambiando de mano por US$100 o más.
El resultado ha sido la renovación del atado tradicional de moscas para salmón, particularmente en América, y se hecho nuevos diseños. Muchos de estos patrones sirven para pescar, pero muchos otros no, son demasiado delicadas como para ser arriesgadas en la punta de la línea o peor aún (prohibido por Dios!) en la boca de un salmón.
Un atador llamada Steve Fernandez ha tomado al “atado de moscas para salmón como un arte” en un paso adelante u muchas de su moscas no solo han tomado configuraciones extremas, sino que ni siquiera son atado sobre anzuelos. Si ellas pueden ser consideradas como “mosca para salmón” es un tema de debate, pues entonces habrá que opine lo mismo de las moscas creadas por Mr. Blacker en su juventud. creations.
Postscript
Aquí es donde te dejo, ya que por ahora tu mismo estás en el cambio. Quizá creas que la historia es aburrida, como lo creía yo cuando era niño. Pero eso no te excusa de tu obligación de crearla. Cada vez que vas al río y lanzas tu línea, creas un lugar en el flujo de la historia.
No dejes de recordar a aquellos que vinieron antes que tú. Su empeño, sus descubrimientos, sus buenos y malos días, sus triunfos y fracasos hicieron de la pesca con mosca lo que es. La historia nos rodea y no puedes tomar tu caña sin tomar parte en ella. Así, cada vez que, en el futuro lances tu línea y ataques con tu mosca, recuerda que un día, eso estará en el pasado de alguien.
El tiempo tiene el hábito de alcanzarnos más rápido de lo que pensamos.